Día 38 (04.11.10) CONTINUACIÓN.
Llego a Dhaka, la capital de Bangladesh, sobre las 1500. Hablo con el de la oficina de taxis en el aeropuerto, y me deja su móvil para llamar al hotel que tenía pensado ir. Me dicen que hay habitación así que para allá voy.
El tráfico es casi peor que en Kolkata, ya que para hacer los 25 km. que hay del aeropuerto al hotel, tardamos unas dos horas.
Llego al hotel Victory, veo la habitación y genial. Me cobran 20 euros al día, pero necesito estar unos días en un sitio a gusto, limpio y con internet en la habitación, así que el sitio es perfecto.
En un principio, mi idea es quedarme aquí unos tres días tranquilo, para poner el blog al día y poder conectarme con España, ya que desde que salí hace 38 días, estoy bastante desconectado.
Tarde de internet y relax.
Ceno en el hotel, que tienen un buffet buenísimo, por 5 euros.
Día 39 (05.11.10) DHAKA
Hoy todo el día de relax poniendo el blog al día. Además este es un país musulmán, con lo cual al ser viernes, hoy es festivo.
Aquí una manifestación política que pasaba por delante de la habitación. Parece ser que justo al lado del hotel, está la sede de un partido político.
Al mediodía salgo a dar una vuelta y a comer. Me apetece mogollón tomar una cerveza tranquilo, así que cojo un Rick Shaw, que es el medio de transporte aquí. En realidad el tío estaba esperándome ya que le habían dicho que había un turista, y parece ser que él es de los pocos que habla inglés y eso aquí es una ventaja porque viene muy bien. Le digo que me lleve a algún sitio donde pueda tomar una cerveza. Vamos a un hotel de 5 estrellas, pero como es viernes, el bar está cerrado hasta la noche. Así que me quedo sin cerveza.
Es alucinante lo de los rick shaws, hay miles. Los había visto en otros países, pero creo que tantos no. Desde luego está claro que va a ser el medio de transporte en Dhaka.
Como algo por ahí y luego de vuelta al hotel a seguir currando en el blog.
Por la noche vuelvo a cenar en el hotel, que la comida está buenísima y muy variada. Doy un paseín por la zona para estirar las piernas y de vuelta al curre.
Día 40 (06.11.10) DHAKA
Después de tomar el cafetín, y escribir un poco en el blog, decido que hay que empezar a visitar la ciudad.
Salgo a la calle y allí está esperándome mi “rickshawdero”. Ya me lo había dicho ayer, que estaría fuera por si quería algo. La verdad es que me viene genial, ya que habla muy bien inglés.
Le digo todo lo que quiero ver, y me dice que no me preocupe, que él conoce muy bien la ciudad y que me lleva a los mejores sitios. Hablamos del precio y acordamos en 1 euro a la hora. Ya sé que parece muy barato, y realmente lo es, pero si fuese un local, pagaría la mitad. Es una de las cosas buenas que tiene este país, que todo es muy barato, con lo cual a mi economía le va a venir estupendo.
Primero vamos al Shankharia Bazar, es todo hindú.
El auténtico caos de rick shaw que hay en Dhaka.
Aquí un vídeo del tráfico de rick shaws
Nos acercamos al río y damos una vuelta en una barquita.
El palacio de Ahsan Manzil, también llamado el palacio rosa, que fue la casa de Nawab Abdul, un hombre muy rico (solo hay que ver la casa) y que aportó e influyó mucho en el siglo XIX para el desarrollo de Bangladesh. Ahora la familia vino a menos y pertenece al gobierno.
Luego vemos una iglesia armenia, que tampoco dice nada, pero como está de paso, hacemos una parada.
Después a la Mezquita de Sitara, o también llamada la de las estrellas.
Aquí me pasó una cosa que nunca me había pasado en mis 7 años viviendo entre musulmanes. Que me querían convertir al islamismo. Cuando entré había un grupo de gente charlando y me dijeron que me sentase con ellos, empezamos a hablar y uno de ellos empeñado en que el islam era la religión verdadera y que debía convertirme, menos mal que los otros se lo tomaron un poco a risa, porque éste iba en serio. La verdad es que eran muy majos y allí estuvimos un rato charlando (el otro insistía en convertirme).
Después del intento de conversión, fuimos al templo hindú de Dhakeswari.
Luego a la mezquita de Khan Mohamed
Y para terminar las visitas, fuimos al fuerte de Lalbagh, que se supone eran uno de los puntos fuertes de la ciudad, pero a mí no me pareció nada del otro mundo.
Después de tantas visitas, lo único que me apetece es una ducha, relax y a poder ser una cerveza, así que se lo digo a mi bicicletero y me lleva a un garaje. Le digo que qué hacemos allí y me dice que en Dhaka el alcohol hay que comprarlo en el mercado negro, ya que no hay tiendas. Puedes tomarlo en los bares de los hoteles de 5 estrellas, pero no comprarlo, tócate los pies y yo sin saberlo.
Aparece por allí un tío vestido de guarda de seguridad y me pregunta que cuantas quiero. Acojonante, pero así es. Además carísimas porque por una lata cobran 2 euros, y cómo estoy en plan rata y abstemio, solo compro una.
Nos acercamos un momento a la estación de tren a comprar un billete para pasado mañana, pero no hay luz, así que nada. Por cierto que la luz se va muy a menudo. Es una de las cosas que leí en la guía, que tienen que asegurarte que el hotel donde duermes tengan generador. Lo que es fuerte, es que en la estación de tren de la capital de un país no lo tengan, pero bueno, ya vi cosas más raras.
Volvemos al hotel, me doy un duchazo y un ratín a relajarme con mi cerveza, antes de ir a cenar.
El día estuvo muy bien, a pesar de que tampoco hay mucho que ver, excepto lo de los rick shaws que me tienen flipao. Lo pasé genial ya que la gente es superamable y enseguida quieren hablar contigo y conocerte, ya que hasta ahora no encontré ni un turista extranjero, por lo que llamo bastante la atención.
Día 41 (07.11.10) DHAKA
Hoy lo primero que hago es ir al Consulado de India, ya que a pesar de que mi visado es de múltiples entradas y valido por 6 meses, necesito un permiso especial para volver a entrar en India (son un poco tocanarices).
A las 11 bajo a la calle y ahí está como un clavo mi rickshawero, preguntándome que qué quiero hacer hoy. Así que le cuento y para allá vamos.
Aquí otro vídeo del tráfico, es genial verdad?
Llego, intento hacer la cola correspondiente, pero es imposible. La gente llega y se cuela, todo el mundo empuja, y esto se supone que es solo para entrar al Consulado, así que a funcionar como ellos, saco codos, le echo morro con el típico “excuse me” y pa dentro, ufff. Una vez dentro, otra vez a esperar cola, pero esta vez con orden. Después de una hora y pico, dejo todos los papeles y me voy. Ya se me había olvidado cómo funcionan estos sitios, pero uno recupera la memoria y la forma de hacer las cosas enseguida.
Después vamos a la estación de tren a comprar el billete para mañana por la mañana para Chittagong.
En el camino, una zona de chavolas, y más tráfico.
Otra vez espera, hasta que me toca el turno. El billete me cuesta 2 euros con 40 céntimos. Se supone que es en primera y el viaje dura 7 horas. Barato no????. En fin, mañana veré el tren, que miedo me da.
Son las 3 de la tarde y llevo desde las 11 que salí del hotel para hacer sólo dos gestiones. Cuatro horas para un papel en el consulado de India y un billete de tren, menos mal que el tiempo de momento me sobra y la paciencia de momento también.
Cuando llego al hotel, no puedo entrar. Hay una supermanifestación delante de la sede del partido político y está todo cortado. Incluso el hotel está cerrado a cal y canto.
Uno que debe de trabajar en el hotel y me conoció, me dijo que le acompañase que podía entrar por una puerta trasera y así fue. Jolín que follón hay montado fuera.
Por la tarde me dedico a terminar el blog, ya que a saber cuándo volveré a tener internet.
El follón de fuera no cesa, son las 5 de la tarde y siguen. Estas fotos son desde mi habitación, para que veaís la que tenía líada debajo de casa.
Por fin consigo poner el blog al día, ufffff no os podéis ni imaginar el curro que lleva, pero bueno creo que merece la pena mantenerlo, al menos para mí, ya que sin él, no recordaría la mitad de las cosas.
Bajo a cenar y luego otra vez a hacer la mochila. Ufff que pereza, pero bueno, una vez puesto el blog al día ya no tiene sentido quedarse aquí mas tiempo, así que a mochilear otra vez.
Día 42 (08.11.10) DHAKA-CHITTAGONG
Me levanto temprano, tomo cafetín y a las 7 salgo para la estación de tren.
A la puerta está esperándome mi rickshawero para llevarme, son solo 10 minutos.
Llego y a buscar el tren, cosa que no es fácil porque está todo escrito en idioma local, menos mal que la gente es muy amable y enseñando el billete me van indicando. Al final un local que también para Chittagong me lleva hasta el vagón.
Pensé que el tren iba a estar peor, pero no, es bastante decente, además teniendo en cuenta el precio que pagué, está muy bien.
El viaje muy bien, la verdad es que duermo bastante tiempo. Los paisajes son preciosos y la gente fenomenal, aunque empiezan a resultar un poco pesados, ya que todos quieren dar el palique conmigo y no puedes ni fumar un cigarrito tranquilo. De hecho una de las veces que desperté, tenía sentado a mi lado al chico que me había acompañado hasta el vagón. Me dijo que le había dicho al que estaba a mi lado que le cambiase, para poder hablar conmigo.
Después de 7 horas llegamos a Chittagong, que es la segunda ciudad más grande de Bangladesh. En un principio mi idea es pasar de largo hacia Rangamati, pero necesito, como no, permiso de la policía para ir allí, así que me voy a quedar a dormir aquí y por la tarde conseguir los permisos.
Busco un hotel cerca de la estación, que no está mal por 10 euros y por la tarde cojo un Rick Shaw para ir a lo de los permisos.
Nadie sabía dónde era, unos preguntaban a otros, y cada uno me mandaba a un sitio diferente, incluso la misma policía no tenía ni idea. Al final dimos con un espabilado que supo explicarle al de Rick Shaw donde era.
Llego, y fue todo rapidísimo, de hecho el papel que llevo me parece una tontería, veremos a ver si mañana no me ponen pegas.
Vuelvo al hotel dando una vuelta para ver un poco la ciudad. No tiene mucho, es un poco más de lo mismo de Dhaka.
La vuelta al hotel estuvo muy bien, todo el mundo quiere que le hagas fotos y por supuesto todos quieren hablar contigo. En fin, que la gente majísima.
Ceno algo y relax.
Día 43 (09.11.10) CHTTAGONG-RANGAMATI
Sobre las 9 me pongo en marcha y cojo un Rick Shaw hasta el sitio donde salen los buses para Rangamati. En el Rick shaws parece que vas encarcelado, ya que van cerrados, cosa que nunca no había visto.
Lo que se supone es la estación de buses, es en un lugar en medio de la nada.
El bus me cuesta 70 céntimos para un trayecto de 60 km. que se supone tardaremos 3 horas.
Son carreteras de un solo sentido con muchísimo tráfico, lo curioso es que casi no se ven vehículos privados, todo son Rick Shaw y buses.
Pasamos dos controles de policía, donde me hacen bajar para enseñar el permiso y yo que pensé que era una tontería, menos mal que lo saqué.
Rangamati es una zona llena de lagos e islitas.
Llego con un calor de muerte y miro un par de hoteles pero son una auténtica porquería. Voy al que viene recomendado en la guía que se supone es el más caro.
El sitio se llama Hotel Parjatan, es guapísimo, un poco alejado, pero el sitio está genial. Me cobran 19 euros por dormir, pero es el típico sitio que merece la pena pagarlos. Los hoteles me están saliendo caros, porque no tienen precio de individual, tienes que pagar como habitación doble, es decir, como si durmiésemos dos personas, pero que se le va a hacer.
Dejo las cosas e intento buscar un barco para dar una vuelta por la zona. Me dicen que después de las 1400 horas, los extranjeros ya no pueden montar en barco porque tiene que acompañarte la policía y a partir de esa hora ya no dejan, así que cambio de planes y a visitar la zona por carretera.
Primero voy a un templo budista (ya los iba echando de menos). Está lleno de monos que son un poco cabrones, o al menos, tienen muy mala leche.
Y luego de paseo por la ciudad. El sitio es agradable para pasear, sin más, aunque lo malo es que la ciudad está muy extendida y las distancias son largas.
A las seis se hace de noche, y como casi no hay luz en ningún sitio, decido que vuelvo para el hotel a disfrutar un poco del sitio.
Me relajo, ceno en el hotel, unas gambas muy buenas y a dormir.
Día 44 (10.11.10) RANGAMATI-BANDARBAN
Me levanto tempranín para disfrutar un poco del café y las vistas. Que gozada de sitio.
Intento contratar el bote para dar una vuelta por las islitas. Vienen dos policías, y me dicen que podemos ir a ver una cascada preciosa que hay en una de las islas. Yo les digo que quiero dar una vuelta por todos los pueblecillos, pero me dicen que solo se puede ir navegando a la isla de la cascada, que son unas 3 horas entre ida y vuelta y que lo de ir por pueblos que no. No discuto más, ya que los veo muy cuadriculados, a pesar de que son muy majos, así que a la cascada, a pesar de que no es lo que me apetece.
Antes de salir, me voy con un Rick Shaw a sacar dinero del cajero y a comprar el billete de bus para Bandarban, que sale a las 2.
Vuelvo al hotel y están los polis esperando. Ponermos rumbo a la cascadita de las narices.
Llegamos a la puta cascada y resulta que como estamos en época seca, no hay agua, tócate los pies. En fin, el sitio feo de cojones, pero bueno. Los policías no paraban de decirme “bonito verdad???” y yo, sí sí sí, precioso.
Sobre la 1 estábamos de vuelta. El paseo no mereció la pena para nada, pero es lo que hay.
Como algo, y salgo corriendo en el hotel para coger el bus para Bandarban.
De lo único (y bastante importante) que me sirvió comprar el billete con antelación, es para ir sentado, porque si la capacidad del bus es para 30 personas, íbamos por lo menos el doble, mas todos los que van subidos en el techo, que no los puedo ver.
El trayecto promete, ya que va subiendo y bajando gente continuamente. El trayecto son 70 km.
A las dos horas, llegamos a una ciudad que pensé que era Bandarban, pero no, resulta que no habíamos hecho ni la mitad de trayecto.
Aquí se monta un follón con los que iban en la parte de arriba del bus, que acabaron a bofetadas, y yo pensé que alguno se mataba ya que dos cayeron desde arriba. Al final no hubo heridos.
Ahora toca cruzar un rio.
Continuamos y llegamos sobre las 7 a Bandarban. 5 horas de trayecto para hacer 70 km, aunque tengo que decir que disfruté un montón del viaje, y no se me hizo muy pesado. El paisaje era precioso, los sitios por donde pasábamos, la gente subiendo y bajando, en fin, que a pesar de la paliza me encantó.
Llegamos de noche a un sitio en medio de la nada, sin luz, yo no tenía ni idea de donde estábamos pero me dicen que es Bandarban. Enseguida aparece un chaval a preguntarme que donde quiero ir. Le digo que a la ciudad y me dice que está a 1 km de aquí, que suba con él en el Rick Shaw y que me acompaña. Efectivamente ya se empieza a ver luz y aparece la ciudad. Menos mal porque el sitio daba miedo, y eso que sé que estoy en un lugar “más o menos” seguro, porque si no, me hubiese cagado por la pata pa abajo. La gente en Bangladesh es increíblemente amable. En otro sitio cuando alguien se acerca lo primero que piensas es “ojo que me van a timar o a engañar”, aquí no, simplemente es para ayudarte, aunque eso no quita que tenga el ojo siempre abierto.
Llegamos y me recomienda un hotel, viene conmigo. Lo veo y está perfecto para una noche, me cobran 10 euros (también por la doble).
Salgo a dar una vuelta por el pueblo con él y me cuenta un poco lo interesante para ver por los alrededores. Tomamos un té y se va.
El pueblo no tiene nada de especial, pero es agradable pasear, porque no hay tráfico ni ruidos.
Se acerca otro local a hablar conmigo. Por cierto, la selección española de futbol no sabe el caché que tiene en Bangladesh. A todo el mundo, cuando le digo que soy español, me hablan del mundial de futbol. Sí España es conocida por aquí, no es ni por el flamenco ni por la paella, porque la mayoría no saben ni donde está, es por el futbol. Absolutamente todo el mundo, sabe que España ganó la copa del mundo.
Pues lo que decía, que se acerca otro a hablar conmigo, damos una vuelta charlando. Le pregunto si me puede conseguir un par de cervezas y me dice que sí, que sin problema. Le doy 3 euros y al rato aparece con un par de cervezas, que bien porque en una semana sólo bebí una y ya iba teniendo mono.
Compro algo para cenar y vuelvo a la habitación a ducharme y tomarme mis cervezas tranquilo.
Estoy matau de tanta paliza, entre el barco y el autobús, me duele todo, pero el día mereció la pena
Día 45 (11.11.10) BANDARBAN-COX’S BAZAR
Sobre las 9 me pongo en marcha voy a la zona de Haatibandha, que es un valle que está a unos 8 km. de Bardarban. Hago una caminata de una media hora para llegar al pueblo, que se llama igual que el valle.
El sitio es precioso. Es una aldea donde viven 12 familias, y que curiosamente, son los únicos católicos de la zona.
Llego y enseguida se pone a hablar conmigo uno de los del pueblo. Me invitan a tomar un café unos plátanos, que es el producto típico de la zona. Estoy allí charlando un rato con la familia de él. Majísimos, sobre todo la señora mayor, que aunque no sé qué decía (algo de mi), el resto no paraban de reírse.
Además como yo les dije que también era católico, estaban encantados porque para ellos era muy raro ver a alguien de la misma religión.
Al irme, me acompaña el cuñado del anterior, ya que están empeñados en que visite la iglesia que está en el pueblo, así que nos vamos juntos hasta el pueblo.
Visitamos la iglesia y el colegio católico.
Después me lleva a un sitio a tomar un vino de arroz acompañado de unos pinchos de cerdo, que están muy buenos.
Le digo que quiero ir a ver la Pagoda de oro, y me acompaña. El sitio es precioso, está en lo alto de una colina. Cómo voy de pantalones cortes, me obligan a poner una faldita para ocultar las piernas. Hay que ver, con lo bonitas que las tengo.
Volvemos para Bandarban, ya que a las 1400 quiero coger el autobús para Cox’s Bazar.
Me acompaña hasta la estación, me ayuda con el billete y nos despedimos. Joer, la gente es impresionante.
Esta es la "estación" de bus, en medio de la nada y donde me dejó ayer el otro autobús.
Salimos en el bus, y esto tiene la misma pinta que el trayecto de ayer. Sube, baja, para, continúa, en fin, paciencia.
Yo iba sentado en el primer asiento, y estos son mis vecinos de enfrente, que iban en un taburete sentados, y el resto como podía.
Aquí el aire acondicionado del bus.
Al final el trayecto no fue tan pesado, ya que la carretera estaba mejor, y salvo al principio, luego no paró tanto.
Llegamos sobre las 6 a Cox’s Bazar, pillo un Rick Shaw y a buscar hotel. Después de ver un montón, me quedo en el “honey moon” por 10 euros, con terraza y vistas al mar.
Salgo a cenar algo a un restaurante que me recomendaron y de vuelta al hotel.
Cox’s Bazar es el lugar que más turismo recibe de Bangladesh. Los locales suelen venir aquí a pasar el fin de semana, ya que es la mejor zona de playas de todo el país.
Dicen que la playa mide 150 Km. y llega hasta la frontera con Birmania.
Día 46 (12.11.10) COX’S BAZAR
Hoy toca día tranquilo. Sobre las 11 me pongo en marcha y voy a mirar cuánto cuestan los vuelos de vuelta a Dhaka. Al final el más barato sale 60 euros. Ya veré.
Doy una vuelta por la playa. Es enorme, aunque el agua está muy revuelta.
Me recordaba un poco a las playas de Egipto, ya que La gente se baña vestida. Para las mujeres obligatorio, ya que está prohibido ponerse en bañador, incluso si eres extranjera.
Me doy un baño y estoy de relax, bueno más bien lo intento, porque no cesa de parar gente a mi lado para dar el palique. Jolín lo de la copa del mundo es increíble, es decir “Spain” y todo el mundo igual, creo que si no hubiese sido por eso, nadie sabría de España.
Como algo por la zona, y luego pillo un Rick Shaw para ir a una zona de playas que está a unos 15 km. llamada Himachari y que parece ser que también hay una cascada, espero que no sea como la de Rangamati.
Simplemente el ir hasta allí ya merece la pena, ya que la carretera es preciosa. A un lado todo el tiempo playa y al otro montañas y vegetación.
Llego y enseguida me salen unos niños para hacer de guías, no sé de qué, pero bueno. Voy a la cascada, y efectivamente tipo la de Rangamati.
Luego subo a la colina para ver las vistas, que son preciosas.
Por cierto, que todo el mundo quería hacerse fotos conmigo, les debo de parecer un bicho raro. La verdad es que hasta ahora, desde que llegué a Bangladesh, no me encontré con ningún turista extranjero.
Veo la puesta de sol, que es espectacular, que sol ¡!!!!! Primero amarillo, luego rojo y al final rosa, impresionante, aunque como suele pasar, en fotos no se aprecia igual.
Vuelvo a Cox’s, duchita y voy a ver si encuentro algún sitio para conectarme a internet. Al final, preguntando, un chaval me deja que utilice el suyo. Este es el ordenador. Y funcionaba.
Doy una vuelta y me entero de los horarios para irme mañana a la isla de St. Martin, que según leí en la guía, y me cuentan, es un sitio paradisiaco y con un arrecife de coral, tipo Australia y además hay un club de buceo.
Día 47 (13.11.10) COX’S BAZAR-ISLA DE ST. MARTIN
A las 0530 en pie, ya que tengo que pillar un autobús hasta Teknaf, que tardan sobre dos horas y media y luego el barco.
Llego al puerto, que está a unos 20 Km. de Teknaf, y pillo el barco de las 0930.
El barco va lleno de domingueros locales que solo van a pasar el día, ya que desde Cox’s te organizan excursiones de ida y vuelta en el día.
El barco tarda unas dos horas y media y me cobran por ir en primera 3 euros con veinte.
En el barco charlo con los locales y todos me recomiendan que vaya a dormir al “blue marine beach” que es el mejor.
Llegamos, y empiezan a aparecer cientos de niños queriendo llevarme la mochila, pero niños de no mas de 7 años. La mía la llevo yo, pero es alucinante ver a los niños cargando con maletones de gente.
Voy al hotel que me recomiendan. Es feo de cojones ya que es un edificio de hormigón, en medio de un paisaje precioso, pero en un principio está muy bien y la habitación tiene una terraza preciosa con vistas al mar. Después del regateo habitual (regateo en todos los hoteles y normalmente consigo un 50% de descuento), me cobran 15 euros por la habitación. Doy una vuelta para ver otros hoteles, sobre todo buscando algo más bonito, más lugareño, pero todo lo que veo, es cutre de narices y agobiante de calor (en la isla no hay luz eléctrica, y solo algunos sitios tienen generador). Así que vuelvo corriendo al primero, ya que aunque en otros me cobran 7 y 8 euros, la diferencia de la habitación es abismal, además aquí tienen generador y lo encienden de 6 a 11 de la noche, algo es algo.
Pregunto que donde está el centro de buceo, y me dicen que está cerrado, que cómo no hay turistas lo han cerrado, que putada, yo que pensaba estar un par de días buceando.
Me pongo en plan playero y doy una vuelta camino de una de las playas a darme un baño.
Las playas están muy bien, pero tanto como paradisiacas, no sé yo. El agua está turbia, no es la típica agua cristalina. Tomo un refresco caliente en un chiringuito, acompañado de varios locales. Es lo que más echo de menos ahora, una cerveza bien fría, pero aquí no hay ni alcohol y nada frío (no hay luz).
Vuelvo para la zona del puerto.
Y voy a comer a un chiringuito donde están preparando allí mismo la comida, una langosta (o prima hermana de ella) y un pescado típico de la isla por tres euros con 10. La langosta estaba muy rica, aunque un poco seca de dejarla tanto en la plancha y el pescado muy rico también, aunque un poco fritangoso, ya que lo hacen con mucho aceite, pero mañana ya es como pedirlo.
Tarde de paseo por la isla
En eo camino, veo el centro de buceo. Y menos mal que está cerrado, porque con la pinta que tiene cualquiera se arriesga a bucear con ellos.
y camino de una playa para ver la puesta de sol, que vuelve a ser tan impresionante como la de ayer.
Doy un paseo por el pueblo, que al no haber luz, solo velas, está precioso.
Intento comprar repelente pa los mosquitos, ya que hay millones, e increíblemente, no venden en toda la isla, menos mal que para un par de días tengo.
Vuelvo al hotel y a aprovechar la luz para cargar la batería de la cámara y el ordenador.
Relax en la terraza, aunque los mosquitos dan pol saco bastante.
Día 48 (14.11.10) ST. MARTIN
Por la mañana cafetín en la terraza con vistas al mar, aunque tengo que estar sentado en una esquina, ya que me da el sol de frente (no podía ser todo perfecto).
Vagueando y escribiendo el blog en sucio (por supuesto aquí internet ni olerlo) hasta las 12 que me pongo en marcha. Hablo con el jefe del hotel que es un tío muy majo, para ver si hay forma de ir en bote a la zona del arrecife de coral para hacer un poco snorquel. Me consigue un barco, bueno más bien un crucero porque es enorme, por 10 euros.
Desyuno algo. Aquí las vistas desde el bar del hotel.
Salimos rumbo a la zona de los arrecifes.
Vamos hacia la zona del arrecife y me lanzo al agua. No merece la pena para nada, hay muy pocos corales y el agua está turbia, ahora entiendo porque cerraron el club de buceo. Desde luego no sé si habrá otros sitios para bucear, pero éste, que se supone está muy bien, no tiene nada de nada.
Voy a tierra, doy un paseo y tomo agua de coco, ya que es lo único que se puede tomar.
Sobre las 3 de la tarde volvemos y voy a comer otra langosta. Hoy es más grande, pesa medio kilo y me cuesta 5 euros.
Tarde de paseo por la playa, haciendo amiguitos. Joer como les gusta que les saques fotos y luego se las enseñes, especialmente a los niños. Muchas veces les dejo la cámara y se vuelven locos sacándose fotos entre ellos. Son geniales.
Puesta de sol y luego a tomar un te tranquilo, bueno lo de tranquilo es un decir, porque es imposible estar solo.
Doy un paseo por el pueblo, voy a una barbería a afeitarme. Aquí , como en India, tienen mucha cultura del barbero, así que desde que salí de Tíbet siempre voy a que me afeiten, que es una gozada, además pago 15 céntimos de euro, bueno hoy fue más caro porque también me dio masaje de cabeza y hombros, así que le di 1 euro.
Flipo con el planchador. La plancha de es carbón de las que comprarías en España en una tienda de antigüedades.
Día 49 (15.11.10) ST. MARTIN-DHAKA (NOCHE EN BUS)
Me levanto y el cafetín tiene que ser dentro de la habitación porque el sol da de lleno en la terraza y hace mucho calor, que se le va a hacer.
Hablo con el de recepción y me deja la habitación hasta la hora de marchar, ya que cojo el barco de vuelta a las 1500. Mi idea es ir hasta Teknaf y allí buscar un bus nocturno hasta Dhaka, que son unas 10 horas.
Sobre las 11 voy a tumbarme un poco a la playa y darme un bañito.
Vuelvo hago la mochila y voy al sitio de las langostas a comprar una. En el camino un niño se empeña en llevarme la mochila, le digo que pesa mucho, pero se la sube encima de la cabeza y como si nada, son la leche.
Me fríen una langosta en el momento y la llevo para comer en el barco.
Mientras espero a que salga el barco, me siento en el suelo a comer mi langosta, que rica me supo.
Aquí el hotel que estuve.
En el barco conozco a unos chicos que también iban para Dhaka. Me dicen que va a ser difícil conseguir billete de bus para hoy, ya que a partir de mañana es la fiesta del cordero, la más importante para los musulmanes, y que todo el mundo está viajando estos días a reunirse con la familia. Me dicen que no me preocupe que cuando lleguemos al puerto me ayudarán, así que estupendo.
Llegamos, y efectivamente todos los autobuses llenos. Los chavalitos empiezan a llamar por teléfono a varias compañías y al final me consiguen el último asiento en un autobús. Biennnn. Además, cómo el puerto está a 20 km. de Teknaf, le dicen a la compañía que si me pueden recoger en el puerto, y dicen que sí. Genial.
Tenemos que esperar una hora, ya que a ellos también los recoge el autobús en el puerto. Tomamos un té y les doy millones de gracias por la ayuda. Es que son impresionantes.
A la hora más o menos, llegan los dos autobuses a la vez, me despido de ellos.
El autobús no está mal, no es lo más cómodo, pero por lo menos tengo bastante espacio para las piernas, que para mí es lo más importante.
Se supone tardaremos entre 10 y 12 horas. El margen que me dan es muy amplio, miedo me da.
Día 50 (16.11.10) DHAKALlegamos a las 10 y media de la mañana. Al final fueron DIECISEIS hora de autobús, mortal. Las últimas dos horas y media, las pasamos atascados a la entrada de Dhaka, creí que me moría, uffff que dura es la vida del viajeroooooooooo.
Voy directo para el hotel donde había estado, el Victory. Dejo la mochila en recepción y salgo corriendo hacia la embajada India, ya que tengo que dejar el pasaporte antes de las 12 para que me pongan la autorización de reentrada en India. Llego justo a tiempo, dejo el pasaporte, pago 10 euros y me dicen que a las 4 de la tarde está listo.
Vuelvo para el hotel a relajarme un poco y descansar.
Todavía no tengo muy claro que voy a hacer. Sí continuar por Bangladesh o volver a India.
Intento conseguir billetes de barco para ir hacia el sur, pero con motivo de la festividad del cordero, durante dos días está todo lleno, además los chicos que conocí en el barco de ayer, me aconsejaron no viajar durante estos días, ya que si un barco normalmente lleva 50 pasajeros, en estos días meten hasta el triple.
Vuelvo a la embajada de India, y ya está listo todo.
En el camino decido hacer una parada en el hotel Sheraton a tomar una cerveza, aunque me den un sablazo (me lo dieron). Al final como una hamburguesa y tomo un par de cervezas. La verdad es que ya iba necesitando algo de comida occidental, a pesar de que estoy comiendo muy bien.
Vuelvo para el hotel y decido que doy por terminado Bangladesh (aunque me da mucha pena) y mañana vuelvo para India.
En realidad ya solo me queda un mes de viaje, y estar aquí una semana más, supone quitarla al sur de india. Además no creo que vaya a ver nada nuevo por aquí.
Empiezo a maquinar combinaciones para irme, ya que quiero ir a Varanasi (Venarés) antes de comenzar a viajar por el sur, pero la cosa ta jodía, ya que no encuentro forma de ir de Kolkata a Varanasi.
Al final compro billete de avión desde Dhaka a Kolkata, y a través de una página de internet (www.cleartrip.com) intento comprar un billete de tren desde Kolkata a Varanasi, pero me dice que estoy en lista de espera. Me arriesgo y lo compro de todas formas, esperando que me lo confirmen antes de mañana.
Día 51 (17.11.10) DHAKA-KOLKATA (INDIA) NOCHE DE VIAJE A VARANASI (VENARES)
Lo primero que hago nada más levantarme es mirar si tengo confirmado mi billete de tren, pero no.
Estoy toda la mañana en internet buscando opción “b” por si no me confirman el tren. Al final encuentro un avión para ir a Bodghaya, un pueblo a unas 4 horas de Varanasi y que sale muy barato y tengo tiempo a cogerlo una vez llegue a Kolkata, pero de momento no hago nada y esperaré hasta el último minuto lo del tren.
A las 2 salgo para el aeropuerto.
Es el primer día que no hay tráfico, ya que con la fiesta está todo el mundo en su casa.
Llego, facturo y a esperar. Me dicen que el vuelo sale con dos horas de retraso.
Antes de embarcar, miro por última vez lo del tren y el billete sigue sin estar confirmado.
Joer, ahora pensándolo, me da mucha pena irme de aquí. Creo que es el país en el que mejor me trataron, aunque tendría que mirar hacia atrás y comparar con Corea o Japón y quizá algún país más, pero es que ha sido increíble.
El país en sí, no merece mucho la pena, ya que no hay nada especial que ver, si tienes tiempo como tengo yo, bien, pero hacer un viaje solo para visitar Bangladesh, no merece.
A pesar de ello, he disfrutado muchísimo, y mereció la pena el haber venido, aunque solo hayan sido 10 días. Creo que es la primera vez que viajo yo solo por un país y que en ningún momento estuve solo. Sería difícil decir, cuantos teléfonos de gente de aquí tengo, ya que cada vez que conocía a alguien, todo el mundo me lo daba por si necesitaba ayuda.
En fin, que voy a echar mucho de menos a los bangladesinos (o como se diga).
1 comentario:
Que sigan las aventuras.....y no te canses de contadnoslas...
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